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El blog de Roberto


El arte como ciencia

Sun, Jan 02, 22
El arte como ciencia

Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.

La conclusión de un creativo puede ser el punto de partida de otro.

Una manera interesante de ver el arte es como una disciplina de conocimiento acumulado.

Como algo en lo que no comienzas desde cero, sino que partes de los descubrimientos y las obras que otras personas crearon antes que tú.

De la misma forma que sucedió en la física, en donde Stephen Hawking basó parte de su trabajo en el de Albert Einstein, quien a su vez basó parte del suyo en el de Isaac Newton, en el arte es válido partir de los descubrimientos de otros creativos para sumar a la disciplina.

Por otra parte, el conocimiento se puede mezclar indistintamente entre diferentes ramas.

El músico John K. Samson, compuso algunas canciones basadas en las pinturas del artista Edward Hopper, mientras que el compositor Nacho Vegas basó su canción Las inmensas preguntas en un poema de Antonio Cisneros.

La clave está en no limitarte a una disciplina y entender que construir sobre el conocimiento de otros te permite acceder a nuevas posibilidades.

Al interpretar las ideas que vinieron antes que tú, sentirás un deseo de agregarles tu sello y contar tu propia versión de los hechos.

No temas en echarle un vistazo a lo que vino antes y utilizarlo para construir algo nuevo.

La conclusión de un creativo puede ser el punto de partida de otro.

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No compartas antes de terminar

Sun, Jan 02, 22
No compartas antes de terminar

Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.

La solución está en que compartas los fragmentos con el único requisito de que sean de trabajos que ya hayas terminado.

Un consejo que he seguido al pie de la letra durante toda mi carrera es el de no compartir pedazos de obras que aún no he terminado.

Es cierto que cuando trabajas en un proyecto largo como un libro, un disco o una película, puede resultar muy tentador compartir un pequeño pedazo del mismo para recibir un golpe de dopamina que te haga sentir mejor con todo el trabajo que has hecho.

Sin embargo, hacerlo es una práctica nociva porque compartir ese pedazo te gratifica antes de tiempo.

Esta gratificación provoca que tu idea se “gaste” y tengas menos motivación de terminarla, pues sentirás que ya recibiste una recompensa por la misma.

Por otra parte, compartir un fragmento de una obra antes de tiempo puede finalizar prematuramente una etapa que, una vez que avanzas más y comienzas a ver mejor todo el panorama de tu proyecto, pudiste haber modificado y mejorado después.

Sin embargo, la solución no está en que no compartas fragmentos de tus obras, ya que los fragmentos, como escenas de una película o capítulos de un libro, pueden causar un impacto a veces mayor al de tu obra completa.

La solución está en que compartas los fragmentos con el único requisito de que sean de trabajos que ya hayas terminado.

Al compartir los fragmentos de un proyecto terminado, evitarás cortar su proceso y te servirá como publicidad para atraer a gente nueva a tu trabajo.

Además, hacer esto de forma estratégica también te puede comprar tiempo para trabajar en otro proyecto sin distracciones, ya que en ese tiempo de aislamiento que necesitas para trabajar en tu nuevo proyecto, puedes estar compartiendo los fragmentos de tu obra anterior.

Precisamente esa es la estrategia adopté para escribir este libro. Durante el año en el que lo estuve escribiendo, distribuí fragmentos del contenido de Creativo, mi libro anterior, en videos, podcasts, tweets, entradas de blog, newsletters y demás.

Esto ocasionó que mi trabajo llegará a más personas, aumentando así las ventas de mi libro, y dio la impresión de que seguía activo y publicando en mis redes, cuando en realidad estaba trabajando en aislamiento en el libro que ahora estás leyendo.

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Haz cosas dificiles

Sun, Jan 02, 22
Haz cosas dificiles

Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.

Disfruta las cosas difíciles de la vida.

Hacer cosas difíciles nos hace humildes porque nos saca de nuestra zona de confort para recordarnos que no somos perfectos, y que aún tenemos mucho que aprender.

Hacer cosas que están fuera de nuestras habilidades nos acostumbra a que nos sigamos viendo como estudiantes, y a que nuestra mente trabaje constantemente para dominar las habilidades que queremos desarrollar, evitando así que nos estanquemos.

John F. Kennedy respondió cuando le preguntaron sobre el deseo de Estados Unidos de ir a la luna: “Escogemos ir a la luna, no porque sea fácil, sino porque es difícil”.

Tenemos que aprender a disfrutar no poder hacer las cosas al principio y ver cómo mejoramos con el tiempo. Ya que, cuando aprendemos a apreciar ese proceso de mejora, nuestra mente se revitaliza y nos mantenemos vigentes.

Por otro lado, cuando solo hacemos cosas que ya dominamos, nuestra mente se involucra cada vez menos y caemos en un modo de piloto automático que la hace floja.

Disfruta las cosas difíciles de la vida.

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Se soluciona caminando

Sun, Jan 02, 22
Se soluciona caminando

Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.

Caminar agita tu mente y hace que tus ideas se mezclen, tomen un nuevo sentido, tengan sexo, y produzcan ideas aún más interesantes.

La frase en latín solvitur ambulando, en español se traduce a “se soluciona caminando”, se usa de forma metafórica para referirse a un problema que solo se puede resolver con un experimento práctico.

Sin embargo, dejando a un lado esa interpretación, y tomándola de forma más literal, el acto de caminar muchas veces es el catalizador que necesitamos para salir de un problema en el que estamos atorados.

El novelista Bruce Chatwin creía que “caminar constituye el remedio soberano para todos los problemas mentales”.

Aunque esto pueda ser muy ambicioso, caminar sí despeja tu mente y te ayuda a catalizar tu creatividad con endorfina para mejorar tu capacidad de hacer conexiones semánticas, y encontrar nuevas soluciones a tus problemas

Caminar sirve como un acto de meditación que te permite desenredar tus cables mentales, y compilar el bulto de información que tienes en la cabeza para poder procesarla.

Caminar agita tu mente y hace que tus ideas se mezclen, tomen un nuevo sentido, tengan sexo, y produzcan ideas aún más interesantes.

La lista de personas que han aprovechado los beneficios de las caminatas largas es inmensa.

Desde filósofos como Nietzsche, que decía que sus ideas le llegaban caminando, inventores como Nikola Tesla, quien descubrió el campo magnético rotativo en una caminata en un parque de Budapest, hasta científicos como Charles Darwin, y autores como Ernest Hemingway.

Caminar es una forma universal de echar a andar el motor de tu cerebro, y ponerlo a trabajar para ver el panorama completo de tus obras.

Cuando te sientas atorado, salte de tu casa y camina.

En el momento en el que tus piernas se empiecen a mover, los pensamientos comenzarán a fluir y distraerás al portero que resguarda tu mente para jugar con tu inconsciente y acceder a modos de ver las cosas que no habías considerado antes.

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Los tiempos estan cambiando

Sun, Jan 02, 22
Los tiempos estan cambiando

Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.

Utilizar las herramientas que te presenta la modernidad no cambia tu mensaje ni la propuesta de tu obra, solo modifica la forma en la cual está empaquetada.

Bob Dylan dijo en su canción The Times They Are A-Changin’ que los tiempos están cambiando, y que es mejor aceptarlo que intentar evitarlo.

Tenemos que entender que los medios en los que creamos, los géneros, las tendencias y la forma en la que publicitamos y distribuimos nuestro material, están propensos a cambiar.

Por lo que es mejor tener este conocimiento y utilizarlo a nuestro favor, que intentar negar que está sucediendo y estancarnos por terquedad.

Por ejemplo, antes la mejor manera de hacer llegar tu trabajo a una audiencia era mediante un anuncio en un periódico. Sin embargo, ahora esa misma función la cumple un anuncio en redes sociales.

Entonces, en lugar de seguir anunciando nuestro trabajo por medios obsoletos, debemos aprovechar las nuevas herramientas que nos brinda nuestro entorno. Ya que si no las usamos, alguien más las aprovechará y tendrá una ventaja competitiva sobre nosotros.

Sonará trillado, pero la frase “adáptate o muere” es cierta. Muchos la malinterpretan y la toman como una amenaza que busca comprometer su esencia, pero no es así, es sencillamente un acto de supervivencia.

Utilizar las herramientas que te presenta la modernidad no cambia tu mensaje ni la propuesta de tu obra, solo modifica la forma en la cual está empaquetada.

No seas orgulloso y no te resguardes en el romanticismo de un medio obsoleto, pues te quedarás en una desventaja muy grande.

Mejor aprovecha las herramientas que tienes a la mano para hacer llegar tu mensaje a una nueva audiencia y haz que los cambios que surjan con el tiempo no sean tu principal limitante.

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Lo que se mide se mejora

Sun, Jan 02, 22
Lo que se mide se mejora

Este artículo originalmente apareció en mi libro El arte de perder.

De la misma forma como cuando los niños crecen diez centímetros en un año, pero es imposible percibir la diferencia de un día para otro, no tener métricas claras evita que tengamos una visualización del avance que estamos obteniendo.

Los buenos hábitos son una pieza fundamental para mejorar nuestro estilo de vida.

Sin embargo, no podemos saber si mejoramos en algo si no contamos con una métrica con la cual medir ese progreso.

Si queremos mejorar cualquier aspecto de nuestra vida, tenemos que encontrar una medida con la que podamos diagnosticar nuestro nivel actual, cuantificar nuestro progreso y ponernos metas con base a ello.

Estas métricas no solo sirven para medir cuánto hemos mejorado, sino que también fungen como motivantes para llevar a cabo las tareas diarias necesarias para desarrollar un proyecto extenso.

Cuando no contamos con métricas claras, y planeamos realizar un proyecto grande, muchas veces los avances pasan desapercibidos, y el proceso puede desmotivarnos.

De la misma forma como cuando los niños crecen diez centímetros en un año, pero es imposible percibir la diferencia de un día para otro, no tener métricas claras evita que tengamos una visualización del avance que estamos obteniendo.

Las métricas llenan esa incertidumbre con datos, y te brindan información fría que te permite tomar acciones para mejorar en un periodo de tiempo en cualquier disciplina.

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